miércoles, 18 de noviembre de 2009

Intro y el ¿hermi... qué?

Esto es en honor a mi abuelo, todas las historias están basadas en su vida, estas las comenze a escuchar desde la edad de tres años, y tuve la ultima oportunidad de escucharlas a los 17 años. Ahí va el ciclo presentado por Miguel Barrera, alias para familiares y amigos chatanuga (estre apodo era secreto, a menos que quisiéramos algo parecido a lo que les dice batman a los villanos para sacarle la verdad, o en otro ejemplo una patada giratoria estilo chuck norris), para respeto del mismo creo que le llamaremos Quirino, que era su podo para los cuates.

Paseábamos por la huerta, bajo el sol de una primavera entre los cerros, manteníamos un destino fijo y paso constante, hasta que la condición de mi abuelo nos detuvo.

_ Abue, ¿a donde vamos?

_A ningún lado solo estamos chocando la cerca, más adelante esta la cabaña de un amigo, vamos pa que la veas.

Mi emoción era infinita, nunca antes había tenido la oportunidad de ver una cabaña de esta zona, las posibilidades eran infinitas, para travesuras y punto de exploración a nuevos terrenos, digamos que en esa época tenia el espíritu de un aventurero, gracias a mi abuelo, que me leía incontables revistas de la National.

Caminaba con paso veloz, en ocasiones para no dejar atrás a mi abuelo corría en círculos alrededor de él, solo por no poder detener mis pasos, después de unos 500 metros vimos la cabaña, no era precisamente lo que esperaba, parecía más las ruinas de una, hubiera dicho que tornado la había destrozado, pero el terreno no podía crear este fenómeno, algo interesante había de trasfondo, algo que merecía toda mi atención.

Nos acercamos a un campesino vestido en harapos, el viejo retozaba en la sombra de un árbol, con la mirada fija en una rama, solo con su mano deteniendo su cara, que parecía ser jalada por el peso de su barba.

_¿Miralo hombre como estas? - grito mi abuelo.

_!Quirino!, vente para acá a comernos unas manzanas, sirve de que entretienes al travieso ese.

Nos acercamos al árbol, y nos sentamos en unos troncos que parecían que no habían tenido invitados en mucho tiempo, casi como meza de sala estaba una pequeña caja a medio llenar de manzanas, mi abuelo saco su navaja y empezó a pelar dos manzanas, todo eso era arte en desarrollo, el filo separando la cascara, que al caer hacia una esfera deforme.

_¿Como has estado?, pero antes de que me digas, piensa en una buena razón para que te vea tan chingado.

_Compadre, ¿como vas a creer que estoy chingado?, si me va rebien, nomas mande a todos a la chingada, y mirame que cabrón estoy.

_¿Donde vas a ver lo cabron?, tas pendejo pues que.

_No compadre, no le estoy echando mentiras.

_Haber dime, como vas a vivir bien así, sin matas.

_Pero ahí están las matas – respondió el anciano apuntando hacia un pequeño huerto-.

_Bueno, haber dime como vas a vivir bien sin dinero.

_¿Pues para que quiere uno eso?

_Pues pa que le metas dinero a la tierra y den las matas.

_¿para que?

_Para que tengas mercancía.

_¿Para que?

_Para que tengas dinero.

_¿para que?

_Pues pa que vivas bien compadre.

_Pues que crees que estoy haciendo ahora, estoy viviendo bien.

Mi abuelo estallo en risa, se levanto de su asiento y se puso de frente a él, lo levanto como un costal y le dio un tremendo abrazo, de esos que solo se le dan a los graduados, a los que sobrevivieron después del huracán, de los que ganaron el super bowl, este hombre era fascinante, había dejado sin palabras a chata, este hombre poseía una gran verdad y plenitud tras de si.

1 comentario:

  1. Chale yo no conoci a mis abuelos, bueno si los conoci... pero no recuerdo la epoca en la que tenia 1 año.

    Sin duda el amigo de tu abuelo, era un hombre feliz... o solo estupido, bueno creo que es un requisito. Algun dia sere asi, seguro.

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